En 2026 se espera que el crecimiento económico de Suiza se mantenga relativamente estable y que se sitúe ligeramente por encima del 1%. La recuperación económica en Europa debería tener un impacto positivo en la economía suiza. Además, la política monetaria seguirá siendo acomodaticia y la reducción de los aranceles impuestos por Estados Unidos debería traer cierto alivio al sector industrial respecto a la situación inicial.
Para las empresas manufactureras, se prevé que el crecimiento del empleo y de la inversión mantenga un ritmo moderado, con un aumento salarial en torno al 1,3% en 2026 que marcaría una desaceleración respecto a 2025. Si bien algunos sectores muestran resiliencia, las presiones externas, sobre todo los aranceles estadounidenses, están afectando al clima empresarial. El consumo privado seguirá siendo el principal motor del crecimiento, aunque siguen existiendo riesgos a la baja relacionados con el empleo y el poder adquisitivo. Las expectativas de inflación se mantienen moderadas, con una tendencia a la baja impulsada por la fortaleza del franco suizo y una leve desaceleración en el sector servicios.
A más largo plazo, se prevé que la inflación se estabilice en torno al 1,1%, dentro del margen de fluctuación establecido por el Banco Nacional Suizo (BNS).
La política comercial estadounidense sigue siendo un riesgo importante para Suiza, pese a la reducción de los aranceles del 39% actual al 15%. El sector farmacéutico se ha librado por el momento, pero podrían anunciarse nuevos aranceles de aquí a finales de año. Cabe señalar que los aranceles impuestos por Estados Unidos solo impactan en el 6% de las exportaciones suizas totales. Además, alrededor del 20% de las empresas suizas afirman verse afectadas directa o indirectamente por estos aranceles. Aunque esta situación genera una incertidumbre considerable sobre la inversión industrial, los efectos negativos siguen concentrándose en los sectores exportadores y no se extienden al conjunto de la economía. Esto protege especialmente al sector servicios y reduce la preocupación general.
La política monetaria actual sigue siendo expansiva y los recortes de los tipos de interés de referencia aplicados en 2025 continuarán teniendo un efecto retardado en el apoyo a la actividad económica real. Con el franco suizo cercano a máximos históricos frente al euro, el BNS se enfrenta a un escenario delicado. Un nuevo recorte de tipos parece improbable a corto plazo, contemplándose un tipo de referencia del 0% para el próximo año, salvo que se produzca una deflación prolongada, una apreciación significativa del franco suizo o un deterioro notable del entorno económico global. El BNS seguirá interviniendo en el mercado de divisas para limitar la volatilidad del franco.
En el ámbito del mercado de divisas, se espera que el franco suizo se aprecie ligeramente frente al dólar estadounidense, lo que refleja la divergencia en política monetaria entre Suiza y Estados Unidos. Por su parte, se prevé que el tipo de cambio frente al euro se mantenga relativamente estable.
A medio plazo, la aplicación del acuerdo comercial entre Estados Unidos y Suiza continuará siendo un tema central. En el actual entorno, las medidas estructurales destinadas a impulsar la productividad serán esenciales, ya que Suiza se enfrenta a un clima económico exigente en el que sus principales motores exportadores seguirán sometidos a presión.

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