Buenos días y bienvenidos a nuestra publicación semanal con John Plassard.
Los medicamentos para perder peso están ganando cada vez más popularidad y se consideran una posible solución al azote de la obesidad.
Para que conste, estos medicamentos inyectables se basan en la semaglutida, que imita la hormona GLP-1 del organismo para ayudar a la producción de insulina y enviar señales al cerebro para reducir el apetito.
Estos fármacos se utilizan inicialmente para controlar la diabetes de tipo 2.
Hoy en día, el mundo se enfrenta a una auténtica crisis de obesidad, con más de mil millones de personas obesas y más sobrepeso. La nueva generación de medicamentos para perder peso se ve como una potencial solución a este problema, pero también ha suscitado preocupaciones en la industria alimentaria.
En efecto, los medicamentos disponibles podrían repercutir en dicha industria, ya que podrían reducir la demanda de bebidas azucaradas, productos de bollería y aperitivos salados.
La comida rápida y los vendedores de alimentos y bebidas dulces temen que estos medicamentos conduzcan a una caída de las ventas, ya que la gente será más proclive a perder peso y comer más sano.
Sin embargo, no está claro cuántas personas y las empresas alimentarias tendrán que adaptarse a esta nueva realidad. Según las previsiones, 24 millones de personas, es decir, el 7% de la población estadounidense, podría estar tomando estos nuevos fármacos GLP-1 en 2035.
Una encuesta realizada a 300 pacientes que tomaban estos fármacos demostró que comían menos y reducían más el consumo de alimentos alcanzan ricos en azúcar y grasa.
Alrededor del 90% de los que lo ingieren, afirmaron comer menos entre horas, y el 77% dijeron que visitaban los establecimientos de comida rápida restaurantes con menos frecuencia. Según varios estudios, estos nuevos medicamentos de control de peso podrían provocar un descenso del consumo de surgary bebidas azucaradas, productos de bollería y aperitivos salados en USA en torno al 3% de aquí a 2035.
Sin embargo, los líderes de la industria alimentaria no prevén un impacto significativo en las ventas, ya que creen que el uso de estos medicamentos se mantienen relativamente bajos y que los consumidores seguirán comprando sus marcas favoritas, pero en porciones más pequeñas.
Algunas empresas ya han tomado medidas para adaptarse a este posible cambio en el comportamiento de los consumidores, sobre todo reduciendo el tamaño de las porciones y utilizando ingredientes más sanos.
